ImWATER fabrica y envía una planta de desalación de agua de pozo para riego en comunidades de Regantes del Sur de España y de las Islas Canarias, con situaciones de estrés hídrico y afectadas por el Cambio Climático.

Cada vez son más las necesidades de agua dulce y de consumo que no pueden ser cubiertas por fuentes naturales bien por la presencia de contaminantes o bien por la salinidad elevada, haciendo necesario un tratamiento del agua para su uso final.

Para uno de estos casos, ImWATER ha completado recientemente la fabricación de un nuevo sistema de desalación de agua salobre, proveniente de pozo, empleando tecnología de ósmosis inversa para la producción de 100 m3/día.

Un sistema personalizado

Este equipo nace de la solución desarrollada por ImWATER y adaptada a las necesidades del cliente (características del agua de alimentación, disponibilidad de agua, espacio de instalación disponible, uso final deseado…) aunando en un solo bastidor la práctica totalidad de equipos implicados en el proceso.

Etapas incluidas:

  • Pretratamiento: el agua bruta pasa por un filtro de lecho de zeolita, que elimina turbidez y partículas. Una vez filtrada, se acondiciona químicamente mediante la dosificación de antiincrustante que favorece una operación correcta y duradera
  • Sistema de Ósmosis Inversa (OI): siguiendo la conducción, el agua pasa por una microfiltración que protege las membranas de OI para a continuación pasar por la bomba de alta presión que presuriza la alimentación al tubo de presión, donde se produce la ósmosis inversa.

Tras esto, el agua de permeado sale de la planta al destino elegido por el cliente con monitorización continua de la conductividad, mientras que el rechazo se divide en una parte que será recirculada al sistema y otra que se descarta.

  • Sistema de Flushing/CIP: sobre el mismo bastidor, se dispone un tanque y bomba dedicados para el desplazamiento automático con agua de permeado, el cual permite también la realización del CIP cuando el sistema lo requiera mediante un juego de conducciones incorporado.

Diseño compacto

El único elemento que instala fuera del bastidor es el filtro de lecho, a fin de su posicionamiento final según necesidades del cliente.

Con esto, los trabajos de instalación requeridos en destino se reducen drásticamente y el cliente recibe un producto altamente fiable y probado en nuestras instalaciones.

Además, sus reducidas dimensiones permiten un posicionamiento cómodo y discreto.

Distribución de equipos en el bastidor

Alta eficiencia y recuperación de agua

Este sistema ha sido diseñado teniendo en cuenta su empleo final, sabiendo que el cliente podrá tener necesidades de agua variables que puede manejar fácilmente a través de la interfaz del variador de frecuencia de la bomba de alta de presión instalada en la puerta del cuadro eléctrico.

Además, el diseño está centrado en conseguir una alta recuperación que aproveche al máximo la toma de agua bruta y genere el menos residuo en forma de rechazo posible. Con todo, la planta es capaz de obtener en forma de producto un 80% del agua bruta que se le alimenta.

Control automatizado y necesidad de operación mínima

El cuadro eléctrico de la planta incluye un PLC que automatiza las operativas del proceso, tales como el contralavado del filtro de lecho, las paradas por emergencias de presión o falta de nivel de químicos, entre otros, o los lavados por desplazamiento con agua de permeado (flushing).

De esta forma, la planta es prácticamente autónoma y las necesidades de intervención de operarios son mínimas, haciendo de este un sistema fiable y seguro.

Instrumentación que incluye

Dado el uso final previsto para el sistema, la instrumentación incluida se adapta a las operativas de la planta incluyendo medidas simples de presión y caudal a través de manómetros y rotámetros, respectivamente, para su consulta in situ en la planta. También se incluyen presostatos que permiten verificar que las presiones de proceso se encuentran en los rangos adecuados, así como válvulas automáticas que habilitan muchos de los procesos de automatización. Por último, la medida de conductividad en la línea de salida de permeado permite consultar y verificar la calidad del agua obtenida.